El premio que los Rodríguez Orejuela le dieron a Cabañas por marcar un gol

Ha sido uno de los grandes delanteros que ha tenido el América de Cali y conformó un gran equipo. En aquella época el narcotráfico estaba inmerso en el fútbol colombiano y los lujos se veían a su alrededor. Por supuesto los jugadores le daban alegrías a estos capos y ellos no tenían problema en premiarlos.

Desde finales de los años 70, Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela se volvieron los dueños del América de Cali. En Cali se presentaban como unos prósperos empresarios en el área farmacéutica especialmente, pero su mayor negocio era el narcotráfico. Comenzaron a contratar grandes jugadores Juan Battaglia, Gerardo González Aquino, Willington Ortiz, Julio Falcioni, César Cueto, entre muchos otros. La cereza del postre llegó en 1985 con el fichaje de Ricardo Gareca y Roberto Cabañas.

El paraguayo jugaba desde 1980 con el New York Cosmos en Estados Unidos. Sin duda el gran objetivo de los “Escarlatas” era la Copa Libertadores y el mismo año de su llegada perdieron la primera de sus tres finales consecutivas. De otro lado, América ya había ganado la Liga de Colombia en 1979, 1982, 1983, 1984 y 1985. El 29 de octubre de 1986 cayeron ante River Plate en una nueva final de la Libertadores. Semanas después tendrían el siguiente reto y era obtener el pentacampeonato de manera consecutiva.

A los 54 minutos de ese 17 de diciembre vino una gran jugada individual de Roberto Cabañas que en solo una jugada dejó a 3 defensas del Cali, luego Carlos Mario Hoyos intentó derribarlo en el área, el paraguayo trastabilló y aun así logró sacar al arquero y definir en un ángulo difícil. Empató Gumercindo Riascos y América logró ganar gracias a Gareca y Carlos Ischia. Qué mejor que lograr el pentacampeonato contra el rival de patio y marcar un récord en Colombia que aún no se logra igualar.

Maradona y la reunión con los Rodríguez Orejuela para jugar en América

Ese primer gol de Cabañas no solo fue el mejor de la noche, sino el que abrió el camino del título. Según varias versiones la recompensa sería un lujoso Penthouse en la Avenida Roosevelt. Roberto Cabañas estuvo en América hasta mediados de 1987 cuando se marchó al Stade Brestois 29 de Francia. Los Rodríguez Orejuela siguieron siendo dueños del equipo hasta casi finales de los 90.

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