Amaranto Perea: La verdad de su trabajo como vendedor de helados y su agradecimiento a Comesaña

Defensor colombiano que marcó historia en el Atlético de Madrid durante 8 años. Con Boca Juniors fue campeón de la Copa Intercontinental venciendo al Milán y jugó más de 70 partidos con la Selección Colombia. Su carrera la terrino en Cruz Azul en 2015 luego de una lesión de rodilla de la que le costó recuperarse.

Yo siempre quise ser futbolista y tenía claro que en Urabá no iba a llegar a ningún lado, así que decidí probar suerte en Medellín”, escribió Luis Amaranto Perea alguna vez en la Revista Soho. Perea creció en Currulao, un corregimiento que hace parte del municipio de Turbo, Antioquia donde nació el deportista, En Chigorodó se formó como deportista y su papá, que también jugaba los ‘picaditos’, siempre lo apoyó en su sueño.

Un día se comunicaron con un amigo de Currulao que ya estaba instalado en Medellín y muy joven llegó a vivir con él. Amaranto se unió al Deportivo Antioquia de la Primera B y al mismo tiempo trabajaba en una fábrica de zapatos donde le tocaba limpiar las hormas y mantener todo en orden. Anteriormente había vendido churros, palitos de queso, llevando almuerzos, entre otras cosas. Perea ha reconocido que su familia era humilde, aunque él trabajaba para darse sus gustos porque nunca le faltó la comida.

“Mis compañeros entrenaban en los equipos de la liga y vendían helados, les pregunté cómo era eso, me explicaron como era y me fui a vender los helados a la puerta de un colegio. Recuerdo que el primer día me quedaron 7 mil pesos, después le empecé a coger un poco el ritmo a la forma de vender y luego me quedaron en otro día 15 mil”, le contó a Alfonso Ramírez Jaramillo en Cápsulas Carreño. El día de Amaranto era duro, trabajar hasta la noche y madrugar a entrenar.

Entre sus tácticas para vender helados la que mejor le funcionaba era mostrarle el helado a los niños para que sus padres les compraran. Lo hacía por los barrios Belén, Laureles y cerca del estadio, pero le daba pena que sus compañeros lo vieran. “Siempre se ha tergiversado mi historia: que vendía paletas porque me estaba muriendo de hambre…nunca tuve lujos, pero me alcanzaba para lo necesario gracias a mi padre”, explicó en Soho. Alguna vez Amaranto no asistió al entrenamiento por varios días y su papá le dijo que si no perseguía su sueño entonces se devolviera a trabajar a Urabá.

Uno de sus primeros formadores, Leonardo Usuga, le contó a El Colombiano: “se defendía como lateral derecho en la cancha municipal de Currulao, pero el que pintaba mejor e iba a llegar primero al profesionalismo era su hermano mayor Rodolfo Perea, quien murió en un accidente de tránsito cuando era uno de los mejores delanteros de la región”. En Medellín su siguiente paso fue pasar al ‘Big Boys’ donde ya le daban más facilidades para subsistir.

El equipo tenía cierta cercanía con el Medellín y en 1999 el defensa se probó con el ‘Poderoso’. En aquel momento Julio Comesaña era el manager del DIM, lo aceptó y lo envió a una casa hogar para que no siguiera trabajando. Para el año 2000, Comesaña reemplazo a Oscar Aristizábal como técnico y subió al primer equipo al joven Amaranto Perea de 19 años junto a otros jugadores como Alexander ‘Conejo’ Jaramillo y Diego Álvarez. El uruguayo lo puso a debutar y poco a poco se afianzó Amaranto. En 2002 logró el título bajo el mando de Víctor Luna, en 2003 fueron semifinalistas de la Copa Libertadores y luego pasó a Boca Juniors.

Colombianos que han sido campeones de la Europa League