Ha sido uno de los mejores futbolistas en la historia de Colombia. No solo llamaba la atención por su calidad futbolística sino por el pelo, fue parte importante de su identidad. Los críticos lo usaron en su contra y hasta llegaron a decir que su compañero Bernardo Redín era mejor solo que no tenía ese pelo.
Carlos Valderrama nació el 2 de septiembre de 1961 en Santa Marta. Justamente en esa década se consolidaron los movimientos de nacionalismo negro en Estados Unidos y lucha por los derechos civiles, en especial el ‘Black Pride’ (Orgullo Negro). El pelo comenzó a ser parte de su identidad como una expresión política y estética. Para los años 70 no solo se popularizó en la comunidad afrodescendiente, sino también entre los blancos.
Por supuesto la moda llegó a los futbolistas colombianos y acá se destacaron entre otros Francisco Maturana y Diego Edison Umaña. Según el “Pibe”, desde su juventud en los años 70 comenzó a usar el afro ya que el “jefe” de un grupo de jóvenes en “Pescaíto” usaba el exótico peinado. Varios se dejaron crecer el pelo: “A mi mamá nunca le gustó esa vaina. Me decía: ‘Mijo quítate eso, tu eres muy bonito’”, recordó Valderrama en una entrevista con “Pura Química” de Espn.
Se peinaba con un trinche largo y se demoraba bastante tiempo arreglándose. El ‘10’ hizo parte de la Selección Colombia Sub 20 en el Sudamericano de 1981 y ese año debutó con el Unión Magdalena como profesional. En algún momento se cortó el afro, pero cuando pasó a Millonarios en 1984 volvió a usarlo por un tiempo. Cuenta el talentoso volante que usaba un jabón llamado “azulín”, en realidad el producto era para lavar la ropa, aunque esa era la clave para mantener su pelo.
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Lo que probablemente muchos no sabían es que desde muy joven se pintaba el pelo, en verdad era de color oscuro y jamás volvió a su color original. Lo que si cambió fue el afro y simplemente se dejó largos sus crespos originales, ya que mantenerlo le costaba mucho trabajo. Lo que siempre dejó claro es que una vez entraba al campo de juego no le importaba su pelo, ahí solo pensaba en fútbol.
No hay duda de que en esa generación que jugó los Mundiales de 1990, 1994 y 1998 tenía otros grandes jugadores. Sin embargo, el “Pibe” Valderrama era el símbolo de la Selección Colombia, el que llevaba la cinta de capitán, manillas en sus brazos y un look muy particular. Varios vendedores ganaron dinero vendiendo las pelucas de Valderrama y los hinchas alegraban las tribunas. René Higuita y Leonel Álvarez también marcaron una identidad con su pelo, pero no con la misma trascendencia del samario.
Esos crespos recorrieron campos en muchos países del mundo y también gracias a su carisma es uno de los jugadores más queridos. El “Pibe” cambio de look en algunos cortos momentos. En 2013 se lo recogió por el calor en la costa colombiana y por un tiempo se lo pintó de rosada para apoyar una campaña de cáncer de seno. En 2019 su esposa se lo alisó y unas semanas después se lo cortó en solidaridad con René Higuita que había perdido una apuesta. Más allá de todo eso está claro que su fútbol enamoró a mucho y como lo dice él mismo: “Si no jugaba bien, ese look pa’ fuera”.
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Cambios de look
