Figura en Colombia antes de destacarse en su país y campeón de la Copa Libertadores e Intercontinental. Cuando iba a cumplir uno de sus sueños se le detectó un problema que no solo lo alejó del fútbol, sino que más tarde acabaría con su vida.
Juan Gilberto Funes nació en San Luis, Argentina y empezó a jugar en diversos clubes de las categorías de ascenso. Para mediados de 1984, Millonarios se quedaba sin su goleador Wilmar Cabrera, vendido al Valencia de España, y buscaban su reemplazo. Con 21 años llegó un desconocido Funes a la capital, jugador que ni siquiera había debutado en Primera División y en septiembre disputó su primer partido vestido de azul.
Jorge Luis Pinto lo puso a dieta y no rindió. Millonarios quedó subcampeón y lo más importante del “Búfalo” fue hacer el gol 3.000 en la historia del club. En el Apertura 1985 el argentino apenas hizo un gol y las críticas seguían. Eduardo Luján Manera reemplazó a Pinto, no fue tan estricto con el peso de Funes y se destapó con 32 goles en el Finalización. Luego del Mundial de 1986 se marchó Enzo Francescoli de River y ficharon a Funes. El “Búfalo” fue figura en la final de la Libertadores ante América. Luego pasó al Olympiakos (1987 – 1988), jugó en Nantes (1988 – 1989) y luego regresó a su país a vestir la camiseta de Vélez.
El argentino que homenajeó a Millonarios en un final de Copa Libertadores
En agosto de 1990 lo fichó Boca Juniors: “Yo adoro Boca, es el equipo del que soy hincha desde chico, aunque si vivía en San Luis que de la Bombonera queda a casi 800 kilómetros”. Anteriormente el Niza lo iba a contratar y no pasó los exámenes médicos. Con los Xeneizes jugó un amistoso ante Banfield hasta que salieron mal unos controles. El 26 de septiembre un directivo de Boca lo recogió en el hotel y lo llevaron al Hospital Italiano de Buenos Aires. “¿Señor Funes, usted que prefiere, el fútbol o la vida?”, le dijo el médico.
Dicen que el corazón pesaba 800 gramos, tres veces más de lo normal, y a pesar que la FIFA lo habilitó el “Búfalo” prefirió decir no más. “Sigo soñando que mi mujer me despierta una mañana diciéndome que fue una pesadilla”. Juan Gilberto solo tenía 27 años y debió dejar el fútbol. El 11 de enero de 1992 su corazón dijo no más y murió a los 29 años dejando un gran dolor en San Luis, su pueblo natal. Diego Maradona y Oscar Ruggeri pagaron la deuda en la Fundación Favaloro para sacar el cuerpo y luego se hizo un partido de despedida.